Ella lo idealizó, y sabe que el hombre real la va a desilusionar, de hecho, la desilusiona en el día a día. Pero está segura de que lo quiere de la misma manera, con la misma intensidad quiere a su idealizado que al real, sabe que el primero es solo una fantasía, una imagen congelada que quedó en el tiempo.
Se repetía una, dos, tres, mil veces que no podía seguir así, que en esta situación su alma parecía incinerarse en la desesperación.
El amor es solo un componente más de la vida. Esto significaba que más allá de lo amoroso, había otras cosas, y en ello, creyó hallar la solución: Si se enfocaba en los otros aspectos de la vida, "clausurando" de alguna forma el corazón, tal vez él ya no le haría tanta falta. Suprimiendo su vida amorosa, podía dedicarse al resto de su vida tranquilamente...y "ser felíz". Él seguiría estando presente en todo, pero ella lo ignoraría como las mejores. No se creía capaz de ello, igualmente decidió intentarlo.
Decidió borrarlo de un soplido; creó una coraza perfecta para algo que no era cierto. Ella lo convencería de que ya no le importa...tal vez así, pudiera convencerse a sí misma de ello. Parecía lo más difícil del mundo. Al verlo en la pantalla de la PC, entre los números de la agenda telefónica, entre las fotos viejas. Se mordía los labios y decía "NO ME IMPORTA EN LO MÁS MÍNIMO". Si ésto era difícil...mejor rezar para no tener que verlo en persona. Lo esquivaba olímpicamente, en todo sentido, hasta cambió los lugares a los que adoraba ir por otros, menos aractivos, pero donde no se encontraría con él.
PUEBLO CHICO, INFIERNO GRANDE, tenía que pasar.
Se dió media vuelta y lo tenía ahí, a menos de medio metro. ¿Qué hacer? Simplemente hacer de cuenta que él es un ciudadano más, alguien a quien no había visto antes: lo esquiva y sigue su camino. Quien observó la situación desde afuera siente la seguridad de que ella no lo conocía bajo ninguna circunstancia, pero él, él parecía reconocerla y al mismo tiempo desconocerla, apenas ella se alejó, la cara de sorpresa en el rostro de él se hizo notar "seguramente se confundio con otra persona".
Ella estaba feliz con su conciencia, había conseguido lo que creyó tan difícil.
Pero de a ratos, era lo suficientemente conciente como para no mentirse a sí misma: los nervios se le habían alterado, y estaría así por las próximas horas...solo se calmaría cuando se sentase a escribir.
OTRA VEZ, SU ORGULLO SUPERÓ TODO OBSTÁCULO...